Es un acompañamiento, una guía, en donde el paciente es el experto en sí mismo. Es una terapia con muy alto nivel de empatía y aceptación positiva. Se centra en el aquí y el ahora, abordando una problemática concreta, una vez solucionada, el paciente decide si continúa el proceso de crecimiento.
También es posible que una persona que no padezca síntomas, siendo así, se puede acudir a este tipo de terapia ya que se inclina a trabajar el desarrollo humano y el constante autoconocimiento.
En caso de encontrarse en un estado emocional equilibrado, el beneficio es comenzar o continuar el camino hacia la autorrealización y el desarrollo humano.
Si se presentan síntomas, el beneficio es la adquisición de herramientas traducidas en habilidades socioemocionales que le permitirán “ser su propio terapeuta” y tener la capacidad de resolver los conflictos que se le presenten.